viernes, 27 de septiembre de 2019

En mi álbum


Me he dado cuenta de que nuestra memoria es un álbum de olores.
A
toda
página.

Me gusta reconocer el olor de mi casa cada vez que vuelvo. En ese 'mi' tan posesivo que sólo usamos para la de nuestros padres. Y la de nuestra familia.

Me gusta encontrar el olor de mi madre al abrir una maleta, el de sus besos de despedida (que éstos también dejan fragancia...)

El olor a tostadas recién hechas, ese también. Son los que me trasladan a un domingo de verano y a una mesa con mi padre. Tan simple. 

Me gusta la fragancia característica de mi hermano. El cambio de un momento a otro cuando se hace mayor.

O la de mis tías.
Es la suya. En mi sitio también huele a mis primas, a todas. 
Es una que se te queda impregnada todo el tiempo, de cuando nuestros ratos de charla. Les estoy reconociendo desde aquí; incluso cuando no están huele a ellas.

Cada persona está acostumbrada a olerse a sí misma y a la persona a la que quiere. Tanto, que hasta que no te quedas sin olor no sabes lo extraño que te sientes.

Y todos esos aromas están en mi álbum; me gusta que ellos conserven su olor,
por lo que yo soy con ellos.
Para seguir recordando. Para no olvidar.