Casualidades: por esas cosas que pasan y se quedan.
No sé si he dicho ya que persigo casualidades. Esta frase también aparece una y otra vez a lo largo de una página. Junto a ella se suceden flechas, nombres, lugares.
Una detrás de otra. Retrocedes al pasado desuniendo cada punto. Si te alejas lo suficiente eres incapaz de saber qué te trajo hasta aquí. Es necesario dar todos los pasos, como en aquellos dibujos que formabas de niño enlazando los números. Sólo al final adivinabas la figura escondida.
Es tentador pensar en cambiar el pasado. Barajar las cartas otra vez y comenzar la partida. Julian Barnes cuenta en una de sus novelas que "el primer amor define la vida, […] define cómo vas a amar en el futuro, tu primer amor causa tal impacto que o quieres vivir el mismo amor otra vez o quieres que sea algo completamente distinto". No hay que pensar sólo en el amor. Cada paso que damos define el siguiente. Es así. Somos una eterna consecuencia. Una sucesión de impactos. La proyección de aquel pasado que imaginamos que sería futuro.