El miedo es como la familia que todo el mundo tiene, pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan preferentes como pueden serlo todas las familias del mundo.. ¿no?
Mira, hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser...
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, hay miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo aquel de alguien a quien queremos desaparezca.
Y... hoy he recordado a un tal Punset en la tele, un señor encantador que decía que la felicidad es la ausencia del miedo; y, entonces, me he dado cuenta de que últimamente yo ya no tengo miedo...