Quizá somos esas frases que dejamos sin escribir, o esas otras que borramos una y otra vez; esas que no se encuentran por enviar. Las cartas que quedan sin sello y que tienen por sobre un cajón. Los 'te echo de menos' que dejamos pendientes; los que ya no podremos decir. O al menos, no tanto como quisiéramos.
La cerveza que no tomamos en enero, el café que hemos pospuesto durante un año y medio; las tardes de sofá y película que están siempre en el tintero:
demasiado
lejos.
Los libros que se acumulan en la mesilla de noche, las llamadas que nunca encuentran su tiempo. Los días de no se sabe qué año, pero que serán invierno o primavera.
Quizá, también, seamos justo lo contrario: las frases que encontramos la manera de decir, aunque nos desgarren. Los 'llegaste para arreglar mi caos', los 'somos sumamente encantadores'. Todos esos 'quédate' que implican saltar a la piscina, aunque no tengas claro si hay agua al fondo, y que, incluso después de estrellarte, (m)erecieron la pena.
Por un
ratito.
Quizá somos las cartas que sí enviamos, incluidas las que llegaron de vuelta. Y las que encuentran la forma de escapar de un cajón y se hacen llegar.
Ésta puede que sea una de esas que quizás no lleguen. Pero es una página a la que saltar sin miedo, sin equipaje y en la que quepan todas mis ganas de nadar [en el espacio].
miércoles, 19 de octubre de 2022
sábado, 1 de octubre de 2022
Amores reglamentarios
Hay amores que precisan de unos preliminares reglamentarios.
La poesía no se mide en conquistas, sino en intentos de dar señales de vida..
La poesía no se mide en conquistas, sino en intentos de dar señales de vida..
aunque ésta brille por su ausencia. Como la vida.
No hay nada más bello que encajar el vacío como la razón
que todo
lo
ocupa.
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